Clément Rosset y la realidad idiota

La vida, con sus injusticias y tragedias, a menudo nos confronta con verdades incómodas. Ante esta dureza, el filósofo francés Clément Rosset propone que los seres humanos buscamos distintas maneras de evadir la realidad. Estas evasiones pueden ser radicales o comunes, pero todas tienen el mismo propósito: evitar la confrontación con la única realidad que existe.

Formas Radicales de Evasión

El suicidio es la forma más extrema de rechazar la realidad. Se basa en la decisión de no aceptarla, pero a diferencia de otras formas, se puede decidir.

La locura se presenta como una forma de perder el juicio para evadir la realidad cuando ésta se vuelve insoportable. Rosset señala que la locura no es algo que se pueda decidir; más bien, nos puede sobrevenir sin que nos demos cuenta. Y el cegamiento, por su parte, consiste en negarse a ver la realidad, lo que puede ser interpretado de manera literal o de manera figurada, como la intoxicación con alcohol o drogas para escapar de lo real.

Además de estas formas, Rosset menciona la represión y la forclusión, conceptos influenciados por el psicoanálisis, donde se bloquean o se reprimen recuerdos y realidades que no se pueden tolerar o aceptar.

La duplicación

La evasión más común, y la que más le interesó a Rosset, es la duplicación. Este concepto se refiere a la creación de una realidad alternativa, un "doble" de lo real, para escapar de sus consecuencias. En la duplicación, una persona es consciente de la realidad a nivel teórico, pero se niega a actuar en consecuencia. Se divide la realidad en dos: lo que se sabe y lo que se hace.

Rosset ilustra este concepto con ejemplos literarios. como Alceste (de El misántropo de Molière) que sabe que su mujer es una cortesana, pero no acepta las consecuencias prácticas de este hecho y actúa como si no lo fuera. O Boubouroche (el personaje de Courteline), que vio a su mujer con otro hombre, pero en lugar de confrontar el engaño, decide ignorarlo, hacer como si todo siguiera normal. Y Swann de “En busca del tiempo perdido”, que sabe que está manteniendo a una mujer llamada Odette, pero en lugar de dejar de hacerlo, le envía aún más dinero, actuando de forma opuesta a lo que teóricamente sabe.

Esta división de la realidad es como un acto de ilusionismo, donde se orienta la mirada hacia otra parte para ignorar lo que realmente sucede. Esta forma de evasión puede verse también en la metafísica dualista, como la de Platón o el cristianismo, que postula una realidad mejor y más justa, donde las injusticias de este mundo son compensadas en otra existencia. Esta creencia en una realidad duplicada ofrece una ilusión de justicia y orden ante la irracionalidad de la vida presente.

La sabiduría trágica

Frente a estas evasiones, Rosset propone una filosofía trágica que implica asumir la dureza e injusticia de la vida sin buscar consuelo en realidades alternativas. En el capítulo I de Lo real y su doble, Rosset aborda la ilusión oracular, un tema recurrente en las tragedias griegas.

Según esta ilusión, el camino que se toma para evitar un destino profetizado es precisamente el que lo hace cumplirse. La sabiduría trágica consiste en comprender que al intentar evitar la desgracia, a menudo la provocamos.

Rosset utiliza varios ejemplos literarios para ilustrar esta idea. El rey Creso, por ejemplo, a quien el oráculo le dice que si invade Persia destruirá un gran reino. Creso interpreta que destruirá Persia, pero termina destruyendo el suyo propio.

O según una fábula de Esopo, un padre encierra a su hijo en una estructura de madera con leones pintados para protegerlo de un león real. El hijo, frustrado, golpea una de las pinturas, se clava una astilla y muere por la herida, cumpliéndose el oráculo que profetizó que sería destruido por la bestia.

Según el mito griego, el rey Layo de Tebas recibe un oráculo de que su hijo Edipo lo matará y se casará con su madre. Lo abandona, pretendiendo que muera, pero termina en la corte de Corinto. Edipo, al crecer y enterarse, huye de Corinto para evitar el destino, pero en su huida se dirige a su ciudad natal, Tebas, donde termina matando a su padre biológico y casándose con su madre.

En “La vida es sueño”, Basilio encierra a su hijo Segismundo en una torre, pues una profecía dictó que sería un soberano despiadado. Al liberarlo para ponerlo a prueba, Segismundo, resentido por el encierro, se muestra cruel.

Estos ejemplos demuestran que el oráculo siempre dice lo que va a pasar y se cumple, pero siempre genera sorpresa porque la gente imagina otra cosa. Lo que el oráculo predice es la realidad única, mientras que las interpretaciones y alternativas que la gente imagina son el doble de la realidad, que al final resulta ser un fantasma. La evasión carece de sentido. Pues suele ser justo la manera en que se cumple lo ya dictado por el destino o el oráculo.

La realidad idiota

Para Rosset, la existencia es un "crimen" porque no hay alternativas a lo que sucede. Cuando se concreta la predicción del oráculo, se anulan todas las ilusiones y se impone la realidad con su "crueldad". Es la muerte de las ilusiones.

En este contexto, reinterpreta la frase de Macbeth: "la vida es un cuento contado por un idiota". Para Rosset, "idiota" no significa estúpido, sino que, según su raíz griega, hace referencia a algo singular, particular, simple y único, sin duplicados.

Aceptar la realidad "idiota" significa reconocer su carácter único y la ausencia de una realidad alternativa o una vida después de la muerte.

La sabiduría trágica, influenciada por Nietzsche, implica asumir esta realidad tal como es, con toda su crueldad y dolor, y rechazar las ilusiones de duplicarla. La realidad se va a imponer siempre con su "idiotez".

Bibliografía

Rosset, C. (1993). Lo real y su doble (ensayo sobre la ilusión). Barcelona: Tusquets

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